Estimado lector, lo prometido es deuda, en la pasada entrega, iniciamos el viaje hacia una verdadera reivindicación del concepto y alcances de los Derechos Humanos; en esa ponencia, vertí diversos argumentos dirigidos a desvanecer la errónea idea de que los derechos humanos únicamente amparan a los delincuentes; de igual forma, me comprometí a darle una visión más amplia de lo que son, para qué sirven y cómo su ejercicio nos puede ayudar en nuestra vida cotidiana. Pues bien, iniciemos esta nueva aventura; efectivamente, como lo externé: “los derechos humanos son exigencias elementales que puede plantear cualquier ser humano por el simple hecho de serlo” , en ese entendido, tales exigencias naturales, se convierten en el ámbito jurídico en prerrogativas que todo ser humano, por serlo, debería gozar. Ahora bien, para facilitar mejor tal sentencia, la trataré de conceptuar: “Los derechos humanos son aquellos atributos básicos intrínsecos del ser humano, para garantizarle