Ajolote (del náhuatl axolotl: atl-agua y Xólotl- monstruo; monstruo acuático). En verdad viven, allá en donde de algún modo se existe. Ya no estás aquí, ya no, en la región donde de algún modo se existe Acolmiztli Nezahualcóyotl Aquí yace, oculto, agazapado en la sombra de un pasado mirífico; empantanado en el interior de las aguas, otrora cristalinas, hoy enfangadas, de un lago sagrado. Recuerda en compañía de su añoranza sempiterna los tiempos en que fue soberano del inframundo, hermano gemelo del gran Quetzalcóatl; monstruoso, deforme, si, pero admirado y venerado por ser quien ayudaba a los muertos en su viaje al Mictlán. Así, escondido en la esfera fugaz del olvido, execra, más no se arrepiente; no comprende, no entiende, como ha sido juzgado por sus primos –dioses del Anáhuac-, si el muriese, se pregunta, ¿a quién le correspondería apoyar a los descarnados hacia el Mictlán? No concibe a nadie más que a él para ese trabajo, él que sabe burlar a la muerte, eng